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jueves, 9 de septiembre de 2010

¿TRAM en Elche?

En Elche piden también tener un servicio deficitente, risible y chorra de tramvia, y eso que ellos tienen RENFE, no como otros pueblos turísticos de la Marina Baixa que conozco.

http://tramelx.blogspot.com/

Según ellos, sus ventajas y en descarga directa, además:


http://img684.imageshack.us/img684/2592/paneltranva.pdf

Unos chicos muy majos. Por lo visto, la compañía de autobuses, al menos no es el TAM alicantino.

Fdo:
Un humilde redactor

(muchas gracias a Tramelx por la información dada, toda la información se ha obtenido de su blog)

El extraño caso de Benjamin Button

Últimamente todo coincide con el número 23. He decidido investigar un poco acerca de este número:


  • 23 son mis años, 
  • 23 es el número que hay que marcar para llamar a mi casa, 
  • 23 pares de cromosomas son los que tenemos los humanos, 
  • 23 también son los discos de la columna vertebral,
  • en la Unión Europea existen 23 lenguas oficiales,
  • el alfabeto latino, o romano, tenía 23 letras (al nuestro de 28 letras se le añade posteriormente la J, Ñ, U, W, Z), 
  • William Shakespeare nació y murió un 23 de abril, al igual que murió Cervantes (de ahí lo del día del libro el 23 de abril),
los mayas creían que el mundo se terminaría un 23 de Diciembre del 2012
  • el intento de golpe de estado de Tejero fue un 23 de febrero, 
  • 23 era el número que llevaba Jordan en su camiseta,
  • 0´23 segundos es lo que dura un parpadeo,
  • El número 23 es una pelicula "seria" de Jim Carrey que habla sobre el número 23, es muy mala.
  • Julio César fue apuñalado 23 veces antes de morir.
Y ya si nos ponemos tontos a sumar, toma dato:
  • El atentado de las Torres Gemelas fue realizado el 11/09/2001 (11+9+2+1=23)

Fdo:
Un humilde redactor

P.D.: El título no tiene nada que ver, pero era un extraño caso este del 23.

Autobús de la muerte



Este es de Ferrol, pero, ¿tengo razón o no?

Fdo:
Un humilde redactor

jueves, 12 de agosto de 2010

Generación maligna.

Este año es un año complicado para la generación del 87. Lo fue el pasado para los de la qunta del 86 y el 2011 lo será para los del 88.

Y lo es por una razón, es el año en que cumplimos 23 años, tantos como malignos buses hay en el mundo.

Ahora comparto algo más profundo que un blog dedicado a insultarle, a él y a su primo el TRAM, el trenet de los cojones, ahora el 23 me representa, es mi emblema, y es él y no otro el representante de una época pasada, una época de instituto, mañanas alicantinas, nocturnidades sinfónicas, es el autobús del rock´n´roll, y es a ese espíritu 23-nocturno y festero al que debemos invocar, es el 23 nuestro nexo de unión, ahora mi único punto en común con Michael Jordan, el número 23, que al fin y al cabo no es más que un número.

Creo que si alguna vez tengo un hijo le pondré Ventitrés, total, hay gente que se llama Segundo!

Fdo:
Un humilde redactor

sábado, 27 de marzo de 2010

Definitivamente es un autobús maligno.

Ayer noche perdí un 23, el primer nocturno.

En cambio, se nos disculpó el conductor, y niñas se arrodillaban a nuestro alrededor, empujones y prisas, 23 nocturnos veloces, misteriosos y conspiradores. Malignos como el TRAM.

Ayer tardé casi tres horas en llegar a Alicante desde Altea con el Tramsporte preferido.

Ayer fue un día como otro cualquiera, donde un tercio del día se fue en viajes inútiles en transporte público.

Es verdad que mejor coger el trenet o el bus para salvar el planeta, pero tampoco cuesta arreglar esos problemas endémicos de transporte que azotan a nuestra provincia alicantina.

Fdo:
Un humilde redactor

miércoles, 18 de marzo de 2009

Acto cultural

Una de mis dichas semanales es que el Trenet es como ir a cagar, un acto cultural.

Esta idea nace de la ideosincrasia popular, de la mágia del tren, vamos nace de las horas muertas entre trenes, trasbordos y retrasos.

En el trenet me he leido libros, si enumero unos 20, escuchado cientos de discos y arreglado el mundo un par de veces. Eso si de arte se ha debatido, se ha luchado, defendido y aprendido, con profesores y alumnos.

Debemos dar gracias a que los señores de FGV no saben programar un tren con otro y no conocen la línea recta, gracias a ellos el tiempo muerto trenil es la grandeza de la cultura, es más, recuerdo unas navidades que al comprar un total de 10 billetes o recargar el bonobús te regalabab el Cuento de Navidad de Dickens, que era apropiado para la fecha pero no para el día a día, en este caso hubiera sido mejor algo como el Quijote.

Pero dejemos de observar el lado cultural del tren para centrarnos en el problema subyacente a este hecho, detonante de cultura universal y algo de arte: Los retrasos.

Sin ir más lejos, el viernes pasado decidí emprender mi habitual viaje de regreso a casa, y como cual Homero me dirijí hacia mi Ítaca particular, Alicante. Desde el momento en que pisé la parada de Garganes (inicio y fin de mi epopeya) sabía que los planes no iban a salir bien.

Era la hora indicada y por supuesto el tren llegó con tres cuartos de hora de retraso y debido a ello se me obligó a esperar para el siguiente tranvia transbordado en Benidorm. El intercambio fue rápido y limpio. La llegada a Alicante rozó la ensoñación. Resultado: 2 horas y media para llegar a casa. TRAM anuncia su llegada a Alicante desde Benidorm en una hora y cuarto, y en letra pequeña recuerdan lo bien que funciona nuestra querida Línea 9, el Trenet de toda la vida.

Esta pequeña anéctota trenil no es más que un grano de arena de una de las muchas montañas, construidas y por construir que nos quedan gracias a los señores del TRAM.

Mañana volveré a casa, y me he comprado un par de libros nuevos, para "pasar el rato".


Fdo:
Un humilde redactor

domingo, 19 de octubre de 2008

La niña diabólica

La semana pasada, el domingo, las 7 y media o poco más. La parada de Lucentum, que de ciudad de la luz poco tenia, llegó la oscuridad de la noche y la parada la acompañó. Lucentum es una parada oscura, situada debajo de un puente, un aire muy neoyorquino, los bakalas cerca, temor a lo desconocido.

Así llegaron las 7:54, la hora de llegada de la L1, la línea tramviaria que va destino Benidorm. El Tram llegó, y con él llegó también la pesadilla.

La puerta del Tram; la abro, y me dirijo hacia la máquina expendedora de billetes, compro uno hasta Campello, donde haré uso de mi pastabuloso bonoTram 10. Así me siento, inicio un vano intento de empanarme con la música pero un sonido, un llanto atrae mi atención. Giro la cabeza hacia mi derecha y observo una de las cosas más peculiares que he visto en años: Una niña que se divertía tirándose de cabeza de respaldo en respaldo del Tram. Vaya, pienso.

La niña se divertía en un desdichado intento de atraer la atención de su joven madre y de su hermano, que tendría unos 8 años así a ojo. El niño miraba el habitáculo del conductor intentado distraerse. La niña cada vez hacía piruetas cada vez más imposibles y dignas de una gimnasta, una pareja de treintañeros también atóntitos ante semejante espectáculo.

Llegada a Campello, empieza el espectáculo. La niña empieza a dar señales de posesión, se empieza a tirar por el suelo, en llanto, contorsionándose de forma imposible. Antes de llegar a Venta Lanuza, a unos 15 minutos de viaje de Campello, la estridencia de la niña y su capacidad pulmonar nos dejan boquiabiertos a todos y con un grave problema de audición a la pareja treintañera y a mi. Decisión equivocada el sentarme aquí, pienso. Decido cambiarme de sitio, lejos, a la otra punta del tren, la estridencia es horrorosa, me estoy mareando, dios mio como chilla la niña.

El tren está lleno, solo puedo retroceder unos pocos metros. La niña no contenta con su espectáculo y con haber ganado para su disfrute una octava parte del tren empieza la invasión del resto, cada vez chilla más, esta incontrolada, su madre desiste de toda ayuda, a mi me duele mucho la cabeza y empiezo a tener deseos asesinos, los refreno pensando en que pronto cambiaré de tren.

En este momento creo que las cosas no pueden ir peor, la niña demoníaca lleva unos tres cuartos de hora llorando sin parar, entra en juego su hermano. La niña tiene una especie de neceser (para mi era su ataud) que cada vez que se cae o se aleja de ella llora más y más. El gracioso de su hermano, que lo sabe intenta manipular a la niña para que no llore llevandose ese neceser. Como he dicho, la niña al ver alejarse a su neceser llora y llora y llora más y más. Con ello tenemos un plus, el cual el hermano empieza a pasearse por todo el tren con el puto neceser y la niña llora que te llora. La situación era insostenible.

Parada de Creueta, creo. Entra el último objeto de estudio en acción, la pareja de bakalas. Un par de bakalas, en su estupidez innata deciden sentarse al lado de la niña diabólica y encender su destructor de cerebros, esa "música" suya. Hecho inconcebible, la niña se calma. Incomprensiblemente la niña deja de llorar y se sienta por primera vez en todo el viaje. El bakalao la habia calmado.

Mentira. Solo hizo que aumentaran sus ganas de destruir el tren y acercarnos a la destrucción humana. A la anterior situación de llanto, contorsión, poderes arácnidos y comportamientos serpentinos tenemos que sumar esa rítmica destrucción músical llamada bakalao. En ese culmen llegamos a Benidorm.

Nunca habia deseado tanto llegar a Benidorm. Allí cambio al Trenet de toda la vida y me aislo en la otra punta del tren. Pobres los que sufran a la niña. Tras unos retrasos típicos llegamos a Altea una hora y media después de salir de Lucentum. La conclusión es que con música se amansan las fieras, y si no a mi me hubiera aislado de esa estridencia.

Bienvenidos a la Tramviatta, este relato es el de un día cualquiera en el Tram. A buen entenededor pocos 23 bastan. Ale, A MAMARLA.

Fdo:
Un humilde redactor